EL HURACAN DEAN Y LAS PLAYAS DE CANCUN


En Cancún, el huracán “Dean” no destruyó casas, hoteles o infraestructura de comunicaciones o servicios, pero la fuerza de la marea y los vientos que trajo consigo, volvió a arrasar algunas de las playas restituidas artificialmente con una inversión mayor a los 200 millones de pesos, luego del impacto del huracán “Wilma”, hace casi dos años. Los efectos de la marea de tormenta y la fuerza de los vientos que azotaron durante horas este destino turístico, provocaron el deslave de arena y la pérdida de ancho de la playa. Ayer todavía se podía observar cómo las olas del mar golpean contra los muros de contención de algunos hoteles, plazas comerciales, restaurantes, bares y discotecas. Playas como Delfines, Gaviota Azul, Ballenas, Marlín y Chac Mool, ubicadas en un tramo de 15 kilómetros de costa, de Punta Cancún a Punta Nizuc, fueron las más afectadas. Al igual que “Wilma”, en octubre de 2005, “Dean” desnudó la plancha de arena, llevándose una cantidad aún incalculable de ésta, para dejar en su lugar grandes lajas de piedra. Uno de los casos más graves se observa en Playa Gaviota Azul, frente a la famosa Plaza Forum, en Punta Cancún. A un costado, las olas se estrellan contra el muro de contención de la discoteca The City. En Playa Delfines y Marlin, la erosión de la costa es aún más evidente.

Quienes hemos vivido en ésta ciudad por lo menos desde hace 20 años, recordaremos sin problemas cómo eran las playas de Cancún: arena blanca, fina, muy fina… como talco. La franja de las playas eran anchas, mínimo de 20 metros, adornadas con palmeras y demás vegetación propia de la región… de verdad un paraíso.
Pero comenzó el “boom” turístico, llegaron cada día nuevos proyectos hoteleros y comerciales… y todo se acabó. La estupidez de los arquitectos e ingenieros a cargo de las obras de construcción y la ambición de las cadenas hoteleras (villas y condominios incluídos) no los dejaron ver el daño que hacían al construir sus edificios sobre las dunas de arena. Para los que no conocen Cancún, les describo la situación. La zona hotelera de Cancún (la de las fotos y postales) es en realidad una isla, de forma muy particular pues tiene la forma como de un número 7. Tiene aproximadamente 25 KM de largo por 100 metros de ancho en algunas zonas. De un lado está el mar Caribe y del otro un sistema lagunar de agua salada. A la orilla del sistema lagunar, se construyeron pequeños hoteles, centros comerciales, marinas, etc. Luego está el boulevard Kukulkán, después los hoteles, sigue la playa y por último el mar. Ahora sabemos que lo ideal era construir los grandes hoteles y comercios junto a la orilla de la laguna, después el boulevard y dejar libre las dunas de arena con acceso libre al mar. Casi como en Copacabana, Brasil.
Pero no, no fue así y ahora la naturaleza nos pasa la factura. Las playas de Cancún están casi extintas, el sistema lagunar está muerto, en parte porque hasta hace algunos años casi todos los hoteles y comercios descargaban sus aguas residuales ahí, en el sistema lagunar y en parte por la construcción de los cimientos de los hoteles. Sí, porque al perforar profundamente para colocar los cimientos se taparon los canales subterráneos que comunicaban la laguna con el mar. Al interrumpirse la circulación del agua, ésta se estancó en algunas zonas, se contaminó y ya… nada vive ahí, sólo el mal olor que despide el agua estancada.
Al construir sobre las dunas, al sobre-explotar y destruir los arrecifes por la actividad turística y por accidentes de barcos o lanchas y al destruir los manglares para seguir construyendo hoteles, condominios y campos de golf, se eliminaron las defensas naturales que tenía la naturaleza para retener y renovar la cantidad de arena de las playas. Por eso, desde el paso del huracán Gilberto en 1988 ya casi no hay playas en Cancún. Después de Wilma el gobierno Federal destinó más de 200 millones de pesos para la “recuperación” de playas y le encomendó a los gobiernos estatal y municipal la “conservación” de las mismas, para que no se vuelvan a “perder”. Pero nada se ha hecho, se han presentado algunos proyectos para evitar la erosión de las playas, pero ninguno ha prosperado. Ahora Dean pasó muy cerca, de hecho, casi no se sintió en la ciudad. Pero la influencia de la marea y las rachas de viento que nos alcanzaron afectaron y de fea forma a las playas recién recuperadas.
¿Qué pasará con Cancún con el próximo huracán? Hoy no nos tocó, pero créanme, algún día quizás no muy lejano nos tocará. Espero sus comentarios. Saludos a todos.

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